El Real Decreto 214/2025, sobre la huella de carbono, aprobado por el Consejo de ministros el pasado mes de abril, crea un nuevo Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyectos de Absorción de Dióxido de Carbono, marcando un paso crucial para la transición ecológica a nivel nacional. La nueva normativa obliga a las empresas a reportar anualmente información detallada sobre su impacto medioambiental, social y de gobernanza (ESG), con un nivel de exigencia similar al de los informes financieros.
El Real Decreto busca garantizar la transparencia en las emisiones de GEI, unificar el registro y seguimiento de la huella de carbono, promover proyectos de reducción y compensación verificables, y apoyar el cumplimiento de los compromisos climáticos nacionales y autonómicos.
Entre sus principales medidas, el decreto establece:
- Ampliación del ámbito de aplicación: Empresas de tamaño medio y grande que superen ciertos umbrales de facturación, empleados o activos, incluso si no cotizan en bolsa, deberán presentar reportes de sostenibilidad a partir de 2025. A medio plazo, alcanzará también a pymes de interés público.
- Homologación con estándares europeos (ESRS): Se exige que la información se presente conforme a los Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad, lo que permite una mayor comparabilidad y transparencia.
- Verificación obligatoria: Los informes deberán someterse a un proceso de verificación limitada, aumentando su fiabilidad ante inversores y la sociedad.
- Foco en la doble materialidad: Las empresas deben informar tanto de cómo afectan las cuestiones de sostenibilidad a sus resultados como de cómo impactan sus actividades en el entorno y la sociedad.
Retos para las empresas vascas
Para el tejido empresarial vasco, el nuevo decreto supone un paso adelante en la estandarización de sus prácticas sostenibles. Desde Izaite, asociación de empresas vascas por la sostenibilidad, destacamos la importancia de prepararse para convertir esta obligación en un factor diferencial y de competitividad internacional.
Entre los principales retos para las empresas vascas se encuentran:
- Incorporar la sostenibilidad en la estrategia empresarial: ya no basta con actuar de forma responsable. Es imprescindible integrar los criterios ESG en la toma de decisiones, en el modelo de negocio y en la relación con todos los grupos de interés.
- Desarrollar capacidades internas: las organizaciones deberán formar a sus equipos en la gestión de datos de sostenibilidad, en la identificación de riesgos y oportunidades ESG, y en la elaboración de informes alineados con los nuevos estándares europeos.
- Gestionar datos de forma precisa y trazable: cumplir con los requisitos de verificación externa exigirá sistemas sólidos para recopilar, validar y reportar información no financiera.
- Adaptarse a la exigencia de transparencia: las empresas tendrán que comunicar de manera clara, detallada y verificable su impacto social y ambiental, lo que implica cambiar la cultura interna hacia una gestión más abierta y responsable.
- Optimizar recursos para el cumplimiento normativo: especialmente para las pymes, los nuevos requisitos suponen un esfuerzo adicional de recursos técnicos y financieros. Será clave aprovechar sinergias, colaboraciones y apoyos institucionales.
Implicaciones para el futuro: sostenibilidad como ventaja competitiva
Las empresas vascas debemos ver el Real Decreto 214/2025 no solo como una obligación legal, sino como una oportunidad para que las empresas vascas refuercen su posicionamiento en el mercado europeo y global.
En este camino, la colaboración entre empresas, administraciones y entidades como Izaite será clave para intercambiar buenas prácticas, impulsar el conocimiento colectivo y construir una economía más sostenible, inclusiva y resiliente.